viernes, 1 de agosto de 2008

La MUERTE sobre ruedas



Cuando era chico, creía que la muerte era algo que te pasaba cuando llegabas a viejo, muy viejito. Ya crecido, descubrí que morirse, hoy y siempre, ha sido un hecho natural, inevitable. A todos nos tocará viajar, algún día, al más allá, sin saber bien adónde queda. Pero lo extraño de vivir en estas sociedades urbanas (tan desarrolladas en lo tecnológico y tan hiperantihumanistas en lo social) es que se muera gente indiscriminadamente y por causas evitables. Te matan las guerras (que te inventan), el glifosato (que te venden), el cigarrillo (que te incitan), te mata el hambre (que te imponen), la falta de controles, la impunidad, los autos...

Los autos. ¿Hay una manera más estúpida de morirse que adentro de un auto o un colectivo? Antes, la Ruta 2 por ejemplo, era una larguísima y angosta manera de matarse, mano y contramano, de Buenos Aires a Mar del Plata, pintando los veranos de un rojo doloroso. Luego se hizo la Autovía y se redujeron los siniestros. ¿Pero hay alguna explicación para el homicidio cotidiano de dos vehículos (o más) que van "para el mismo lado", y sin embargo... chocan, y se matan? La Panamericana, ancha como la necedad, es el ícono de la estupidez al volante.

A nadie le asombra que se le muera su abuelita, que pasó los 90, por un paro cardíaco. Pero sí es sorprendente que una familia (papá, mamá, 4 hermanitos y el abuelo) se estrolen contra un camión en la ruta una mañana cualquiera. O dos micros llenos de estudiantes choquen de frente revoleando cuerpos como una licuadora sin tapa.


¿Te acordás de SEBASTIÁN CABELLO?


Este hijo de puta corría picadas con su auto preparado especialmente y se llevo puestos a una madre y su hijita. La madrugada del 30 de agosto de 1999, cerca de las 2 de la mañana, Sebastián Cabello –por entonces tenía 19 años- salió de un boliche de Recoleta y corría una picada con su Honda Civic por la avenida Cantilo, en el barrio porteño de Núñez.

A toda velocidad, la coupé japonesa chocó de atrás al Renault 6 en el que viajaban Celia González Carman –veterinaria de 38 años- y su hijita, Vanina, de 3. Por el impacto, el pequeño auto se prendió fuego y ellas fallecieron. Habían salido de un cumpleaños y volvían a su casa de Saavedra. El auto se incendió enseguida. Madre e hija murieron allí, calcinadas.

El pibe Cabello, (hijo de una familia acomodada, cachorro de individualista) tenía 19 años, huyó sin prestarles asistencia a las víctimas y luego fue detenido. Durante la instrucción de la causa, Cabello fue excarcelado, aunque nuevamente fue enviado a prisión cuando, a pesar de una prohibición judicial, volvió a manejar. Increíble, ¿no?

Sebastián Cabello estuvo preso casi 22 meses. Un tribunal lo había condenado a doce años, pero su defensa apeló, la Sala III de la Cámara de Casación Penal le redujo la condena a tres años. Esta nueva sentencia le permitió quedar en libertad. Así, el joven que atropelló y mató a una veterinaria y a su hijita, ya pudo dormir en su casa, junto a su familia.

Los jueces Angela Ledesma, Guillermo Tragant y Eduardo Riggi calificaron el hecho como homicidio culposo. Es decir, descartaron que estuviera probado que Cabello actuó dolosamente (con intención de matar a las dos víctimas). consideraron que "obró con un alto grado de imprudencia y con extrema inobservancia de las normas que debía cumplir al mando del auto" (septiembre 2005)

La Corte Suprema de Justicia de la Nación (noviembre 2006) dejó firme el fallo que otorgó la libertad a Sebastián Cabello, condenado por "homicidio culposo" a raíz de la muerte de la veterinaria Celia Carman y su hija Vanina, cuando corría una picada en agosto de 1999.

La familia de las víctimas había presentado un recurso extraordinario para evitar esa medida, pero el Alto Tribunal confirmó la reducción de 12 a 3 años de prisión de la condena impuesta.

Con este fallo, Cabello seguirá en libertad, mientras que la familia de las víctimas quedó sin otra instancia para recurrir, ya que la decisión fue tomada por el máximo tribunal nacional.

El cartel con las fotos de Celia y Vanina se fue rompiendo de a poco... primero fue el sol y el viento, la lluvia y el viento, los meses, el tiempo... después, una brisa suave de olvido fue desdibujando las caras que miraban al Parque Saavedra, desde la plazoletita de la calle Melián.

¿Cuánta tristeza acumulada, en una sociedad que tuvo golpes militares, fusilamientos, torturas, secuestros, 30 mil desaparecidos, miles de Celias y Vaninas... tendremos que soportar?

Pareciera que nos acostumbramos a esas muertes espectaculares. De todos los colores, de todos los dolores: noticieros de radio y tv, diarios y la experiencia de ver algún choque por ahí, con su sello de sangre, nos ilustran cotidianamente la tabla de posiciones. Y nada. No pasa nada.

¿Cuántos CROMAÑONES se producen por año en las rutas argentinas? ¿cuántas MALVINAS con sus ex vivientes tenemos cada 365 días? ¿cuántas AMIAS o embajadas hay desparramadas por las calles...? Miles de RIO TERCERO explotan contra el asfalto. Pareciera que no le importa a nadie porque "lo que pasa le pasa al otro, no a mí". Allá lejos, allá cerca, por el 76, se pensaba y se sentía parecido, en las cabezas de muchos.

La muerte ya no es un final natural del ciclo de la vida sino la consecuencia aleatoria de las olas de una sociedad estúpidamente embravecida. ¿Quizás sea porque 3000, 4000 manchas al año no se notan en el tigre de 40 millones?


¿POR QUÉ HAY ACCIDENTES DE TRÁNSITO?

Sin dudas que se necesitan las políticas de Estado; la revisión y adecuación de la legislación vigente para mejorar los vacíos existentes respecto de la educación, protección y punición; y el desarrollo de la ingeniería vial de forma que responda a las necesidades del parque automotor hiperelevado actualmente conviviendo con una infraestructura deficiente, deteriorada y escasa. Pero es necesario también, una toma de conciencia individual y social, un cambio de paradigma donde nuevamente pongamos a la vida como valor primordial a proteger. Actualmente, algunas políticas de Estado, y algunos jueces, dan prioridad a la propiedad privada, por ejemplo, por sobre el derecho a la vida, o a la dignidad de las personas. Muchísima gente se queja por los piquetes (reclamando el derecho a la vivienda, al trabajo, a la comida...) porque les coarta el derecho a circular libremente.

Cuando se produjo el conflicto entre el Gobierno y los productores sojeros, los cortes de ruta fueron tácitamente aceptados por la clase media vehiculizada, tal vez porque priorizaron la Propiedad Privada; las superganancias exportadoras del bolsillo cerealero que se veía amenazado por el fisco era un tesoro a proteger y no sería repartido con nadie. Auque no tuvieran nada que ver con el campo, su sentido de pertenencia a la clase social privilegiada los mostró caceroleros y egoístas.

¿Qué derecho es prioritario? Debemos reconstruír el tejido social agujereado por las balas de la dictadura y por las injusticias de la democracia, y en esta tarea no vale esperar que los gobiernos hagan todo y nosotros esperemos sentados. Hace falta un salto de calidad en nuestra sociedad, en nuestro comportamiento dentro de ella y no hace falta esperar nada ni a nadie para empezar... la desidia y el desinteres no van a cambiar las cosas, la participación, la lucha, la organización, la crítica y la propuesta: sí.


Casi la totalidad de los accidentes de tránsito son evitables...¡Sí! Como tantas muertes absurdas que también son evitables, pero el ser humano tiene una carga de "tanatos" de alto octanaje y ese combustible nos pasa factura como el pacto que hizo Fausto con el de los cuernos y cola roja...

Las políticas neoliberales aplicadas en los paises del Tercer mundo, no solo han afectado en lo político y lo económico, sino fundamentalmente en los comportamientos sociales en cada uno de nuestros países. En Argentina como en Latinoamérica toda, las consecuencias de años de dictaduras, represión, violación de las leyes, poco o nulo apego a la legalidad, desprecio por la vida ajena (y en algunos casos por la propia) han minado la convivenvia de modo tal, que nuestra sociedad se asemeja al paisaje lunar. La trama social está rota, rasgada, con tajos profundos y difíciles de cicatrizar.

Tanto la delincuencia juvenil, la drogadicción y la prostitución, los chicos de la calle, son fenómenos relacionados con la mala calidad de vida de gran parte de la población. La exclusión social, la desocupación, la deserción escolar, el trabajo infantil, y la falta de expectativas multiplicada por millones, es una mezcla inflamable e inestable.


TE CORRÉS O TE PISO...

En la calle se nota más que en otros lugares, la intolerancia hacia el próximo. Todo lo que se interponga entre el parabrisas y el destino prefijado por los conductores se transforma en obstáculo, "te corrés o te piso". Como en el mar, el grande se come al chico, el camión con acoplado al colectivo, el bondi a la camioneta, la 4x4 al auto, el auto a la moto, esta a la bici y los pedales asustan a los paseantes en los parques, veredas y plazas de Buenos Aires...

Pero la inconciencia, el desprecio por la vida y las normas de convivencia no es sólo patrimonio de los automovilistas, motoqueros o ciclistas: los peatones también hacen de las suyas: cruzar la calle por cualquier lado, de improviso, o esperando para cruzar abajo del cordón sobre la calzada es también lo último de lo último en la moda ciudadana.

Si los "zorros" que tienen que ir en cana no lo hacen y la injusticia sigue expandiendo su mancha corrupta e indeleble, si la riqueza sigue subiendo a la cima inalcanzable de los privilegios globalizados y las luchas populares no encauzan sus esfuerzos, es improbable que las cosas mejoren.

La violencia es un sustantivo polifacético que sube más que la inflación: la violencia intrafamiliar..., en las escuelas..., en las canchas..., en los comercios..., en los supermercados..., en las veredas... y en las calles...

Es posible afirmar que la mayoría de los conductores tiene comportamientos antisociales, poco solidarios y hasta asesinos. Cada vez que se sube al auto y conduce, un argentino reproduce un comportamiento tipo: irascibilidad, prepotencia (hacer luces y chuparse por detrás a 30 centímetros para que se corra el de adelante), urgencia por llegar a destino ("primero yo, después el peatón"), impaciencia, poca tolerancia a la frustración ("el semáforo en rojo, justo a mí") . Y esta afirmación es plausible en todas las clases sociales: trabajadores, obreros, empleados, oligarcas y burgueses de toda calaña, y hasta mamás o papás con sus bebitos a bordo....


EL ALCOHOL:

La poca importancia por la vida propia o ajena tiene como correlato comportamientos inadecuados, exceso de velocidad y consumo de alcohol: El exceso de velocidad al conducir un vehículo aumenta la severidad de los accidentes. A 50 Km/h el riesgo de muerte para peatones es 8 veces más alto que a 30 Km/h. Si un vehículo colisiona con un peatón a 60 km/h, es muy alta la probabilidad de que el peatón muera.

Como conductor o peatón, el estar embriagado incrementa la posibilidad de morir o resultar lesionado. El alcohol reduce la capacidad de acción y reacción de una persona y por ende, su comportamiento en la vía pública será inseguro y peligroso. Sin embargo, un estudio de la Organización Panamericana de la Salud sobre legislación en el tránsito mostró que no hay criterio homogéneo sobre los niveles de alcoholemia legalmente aceptados.

Los “accidentes” de tránsito –una de las primeras causas de muerte en el mundo- no son azarosos ni responden a ningún fatalismo. Son siempre consecuencia de una cadena causal de eventos y circunstancias en las que nosotros, como sociedad, podemos intervenir para evitarlos.

Los choques y colisiones presentan características relacionadas con factores humanos, mecánicos y climáticos. Las causas que contribuyen a los accidentes son:

  • Incumplimiento de la Ley de Tránsito.
  • Exceso de velocidad.
  • No respetar las señales de tránsito.
  • No usar cinturón de seguridad o apoya cabezas.
  • Conducir con cansancio.
  • Viajar con niños en asiento delantero.
  • Ingerir alcohol y/u otros estimulantes.
  • Detener vehículos en lugares inapropiados.
  • Usar el teléfono celular mientras conducís.
  • Usar equipos de audio a alto volumen.
  • Falta de respeto de/a los ciclistas y motociclistas.
  • No usar casco.
  • Cruzar la calle sin mirar, por lugares inapropiados y sin respetar el semáforo.
  • No realizar el debido mantenimiento de tu vehículo.
  • Factores climáticos: niebla, lluvia, granizo, vientos.

El tránsito es un sistema en el que participamos todos: es una interacción permanente de conductores, pasajeros y peatones . También entre todos lo podemos mejorar. Igual que en la vida social, las carreteras, calles, veredas y bicisendas son espacios públicos donde debemos convivir con los demás. Seamos prudentes por los demás y por nosotros mismos. Seamos solidarios y reconstruyamos el tejido social atropellado por la represión, antes, y el neoliberalismo, después. Y por nuestra indolencia ahora.

En los países de América Latina y el Caribe mueren cada año más de 130.000 personas, más de 1.200.000 sufren heridas y cientos de miles quedan discapacitadas a consecuencia de las colisiones y atropellos en la vía pública. En San Pablo, por ejemplo, en el año 2000 se registró una colisión o atropello cada 2,8 minutos, un peatón fue herido cada 35,1 minutos y murió un peatón cada 11,9 horas.

Ya no podemos hecharle toda la culpa sólo al gobierno, a los funcionarios o al azar. Tenemos la oportunidad de hacernos cargo de nuestro destino como Nación si encausamos nuestro accionar cotidiano para el bienestar colectivo, cada vez que salimos a la calle, en el marco del respeto por el otro, la solidaridad y la voluntad de mejorar nuestro barrio, nuestro país. Las palabras no alcanzan si el deseo de un futuro mejor no se manifiesta en la práctica constante de la empatía para construir una vida mas justa y digna. Si no nos duele el dolor ajeno, la pobreza, la exclusión, la miseria, el hambre, el analfabetismo, la injusticia, en suma, el cuerpo social del cual somos parte, será muy difícil que nuestros hijos vivan una patria que nos haga felices a todos.

daniel mancuso
2/9/08





No hay comentarios:

buscador

Búsqueda personalizada

aguantan

Gaza nos duele

Gaza nos duele

blogs

hermanos

hermanos

blogs N - Z

blogs F - M

blogs CH - E

blogs A - C

incorregibles

incorregibles

en vivo

en vivo
clic en la imagen

medios y democracia

ilumina

ilumina
clic en la imagen

hijos de mierda mal nacidos

hijos de mierda mal nacidos