sábado, 11 de septiembre de 2010

SALVADOR ALLENDE



Cuando a mediados de los 90, viajé a Santiago de Chile por cuestiones laborales, me pregunté por qué todavía se llamaba 11 de Septiembre la avenida principal que corre paralela al Río Mapocho. No obtuve respuestas satisfactorias en ese entonces.

Entré a varias disquería y pregunté por algún disco de Quillapayun, Inti Illimani...

En una: ¿perdón, Quilla qué...? me dijo el weón empleado que no sábía quiénes eran... Le expliqué y me miró asombrado. No sabía que eso había pasado en mi país...

¿Leería El Mercurio ese pibe?










Hace 102 años, nacía en Valparaíso, el 26 de junio de 1908. Fue Presidente de Chile entre 1970 y 1973.

Fue derrocado por un sangriento golpe de Estado cívico militar, el 11 de septiembre de 1973, conducido por el asesino general Augusto Pinochet. Murió en su despacho peleando contra los golpistas...


El último discurso de Salvador Allende



Última alocución de Salvador Allende en "Radio Magallanes".

"Seguramente esta es la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación.

"Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron... soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino que se ha auto designado, más el señor Mendoza, general rastrero... que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al gobierno, también se ha nominado director general de Carabineros.

"Ante estos hechos, sólo me cabe decirle a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.

"Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen... ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

"Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley y así lo hizo.

"En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara Schneider y que reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas, esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

"Me dirijo sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros; a la obrera que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas, a los que hace días estuvieron trabajando contra la sedición auspiciada por los Colegios profesionales, colegios de clase para defender también las ventajas que una sociedad capitalista da a unos pocos. Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron, entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos... porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando la línea férrea, destruyendo los oleoductos y los gasoductos, frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder: estaban comprometidos. La historia los juzgará.

"Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, lo seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos, mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal a la lealtad de los trabajadores.

"El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

"Trabajadores de mi patria: Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición, pretende imponerse. Sigan ustedes, sabiendo, que mucho más temprano que tarde, de nuevo, abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor".



"¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

"Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza, de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición."
SALVADOR ALLENDE
Santiago de Chile, 11 Septiembre 1973



2 comentarios:

Andrés dijo...

Qué increible el Chicho... tantos años después sigue siendo un ejemplo de entereza no superado por ninguno.

Gracias a su experiencia, Chavez y Morales aprendieron a estar atentos para que no los madruguen.

Respecto a la Alameda 11 de Septiembre, seguramente la viste en Providencia, donde hasta al menos hace un tiempo la comuna estaba gobernada por una alcaldesaligada al Opus Dei.

Providencia es una especie de Recoleta y Belgrano, seguido por Las COndes y los municipios camino a los centros de ski, que se parecen más a una mezcla de San Isidro y Palermo Chico.

En esos barrios paquetes Pinochet sigue siendo el ídolo.

En el centro, la Alameda Central no se llama 11/9. Allí no prima mucho el amor por Pinocho.

Saludos,

Andrés

daniel mancuso dijo...

gracias Andrés, muy claro, saludos

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